Despidiéndome de la Lactancia Materna
La montaña rusa emocional de una madre que cierra su ciclo de lactancia materna.
Se acerca el cumpleaños de mi segundo hijo y a la vez mi experiencia con la lactancia empieza a llegar a su fin. Parece una decisión arbitraria y en cierta forma lo es. Yo hice un compromiso con mis dos hijos de hacer todo lo que estuviera en mi poder para amamantarlos por un año. Decidí que iba a hacer a un lado mis miedos y que me le mediría a cualquier dolor, frustración e inconveniencia que la lactancia pudiera causarme.
Tenía miedo porque la experiencia de mi madre fue terrible en sus tiempos y yo, de ninguna manera, estaba dispuesta a pasar por el dolor, sangrado, infecciones y frustración por la que ella pasó. Pero una vez quedé embarazada, me pasaron dos cosas. Primero, se despertó mi instinto maternal y con él, mi determinación de hacer lo mejor para mi hijo. Segundo, recibí muchísimo apoyo de familiares y amigas quienes son firmes seguidoras de la lactancia y fueron capaces de sobrellevar cualquier dificultad que se les presentó en su tiempo. Ellas me motivaron, me enseñaron y me dieron confianza antes y después del nacimiento de mi bebé.
Así, armada con mucha información, artefactos de lactancia y un libro, puse a Nico en el seno por primera vez, tan pronto nació. Lo quería hacer bien. Y fue fácil y natural… como por 10 segundos. Pasé las siguientes 3 semanas comparando su agarre con las fotos de mi libro, mientras sentía un dolor inimaginable. Sin entender por qué, si se estaba agarrando tal y como en las fotos, me dolía tanto. Llegué hasta el punto de odiar darle de comer. Yo lloraba, maldecía y me sentía triste y frustrada. Y me sentía culpable de transmitirle al bebé todas esas emociones negativas. No tenía sentido. Y yo estaba lista a renunciar.
Como me sentía como un fracaso, ni siquiera me molesté en contarle a casi nadie. Pero no se lo podía ocultar a mi esposo, quien en ese punto estaba tanto o más convencido de que la lactancia era la ÚNICA opción y de ninguna manera me iba a dejar renunciar. Entonces, finalmente acepté hacer lo que él me había propuesto todo ese tiempo: contratar a una consultora de lactancia.
LA MEJOR DECISION DE LA VIDA! No puedo ser más clara cuando les digo: si están planeando amamantar, CONSIGAN UNA CONSULTORA DE LACTANCIA. DESDE EL PRIMER DIA.
Casi todos los hospitales tienen consultoras de lactancia disponibles para las mamás que acaban de dar a luz. La mayoría de seguros médicos cubren este servicio por consulta externa, bien sea en grupos en los hospitales o individualmente, en la casa o el hospital.
Descubrimos que yo estaba posicionando mal al bebé. Y que por esa razón, el ángulo al que se pegaba al pezón era tal que causaba trauma permanente. Los problemas eran sutiles y difíciles de identificar para alguien sin experiencia (yo), pero mi consultora encontró las dificultades y me ayudó a resolverlas. Tuve que pasar un par de semanas sanando, antes de volverlo a poner en el seno y durante ese tiempo, tuve que sacarme leche de día y de noche primero, para no perder la lactancia exclusiva, y segundo, para mantener la producción de leche, que inevitablemente disminuye sin la succión del bebé. Pero hice todo eso y de ahí en adelante fue facilísimo. Lo amamanté por todo un año.
La segunda vez fue completamente diferente. Yo tenía suficiente experiencia que no me dejé intimidar por la tarea. También sabía que todos los bebés son diferentes y esta vez tuve la fortuna de tener a una doula y consultora de lactancia desde el primer día y en casa, quien también me ayudó y me motivó mientras lo logré en forma. Fue mucho más fácil, más rápido y sin ninguna frustración.
Quizás te estés preguntando por qué entonces voy a parar? Como dije antes, la decisión es arbitraria. Para poder amamantar y tener un trabajo de tiempo completo, hay una cierta cantidad de logística involucrada. Y tristemente, en mi caso, a medida que el día de su cumpleaños se acerca, mi producción ha disminuido significativamente. No sé si es algo mental. No sé si mi idea de para al año hizo que sucediera así. Pero para incrementar la producción, tengo que sacarme leche con más frecuencia. Y estoy realmente cansada de hacerlo.
Hoy lo estaba acostando y ahí estábamos, sentados en la oscuridad de su cuarto, en la mecedora, en silencio. El estaba sosteniendo el seno y bebiendo su leche concentrado y en calma… cuando de repente me miró, teta en boca y me sonrió.
Voy a extrañar amamantar terriblemente. Espero me dure unas semanas más. Espero que la transición sea muy fácil para el bebé. Y estoy muy feliz de haberlo hecho.